Retratos en acuarela: entrevista a Thomas Schaller

La luz y la emoción: una conversación con el maestro de la acuarela arquitectónica

Sumergirse en el mundo de la acuarela es explorar la fluidez y la transparencia, pero cuando un artista como Thomas Schaller dirige la conversación hacia los retratos, descubrimos una perspectiva única donde la arquitectura de la luz define el alma humana. En esta entrevista exclusiva para artistas, desentrañamos cómo este renombrado acuarelista traslada su magistral dominio de la luz ambiental y la narrativa espacial al género del retrato, ofreciendo una visión inspiradora que desafía las convenciones y enriquece nuestro propio camino creativo con técnicas y filosofías profundamente verificables y aplicables.

Retrato en acuarela inspirado en el estilo de Thomas Schaller, mostrando un juego dramático de luces y sombras sobre un rostro

🔹 ¿Cómo aborda un arquitecto de la luz el retrato humano?

Thomas Schaller, ganador de prestigiosos premios como el del American Watercolor Society y autor de libros aclamados como "The Architecture of Light" y "Watercolor Painting", no comenzó su carrera centrándose en el retrato tradicional. Su fama se cimentó en la pintura arquitectónica, donde la luz es la verdadera protagonista que modela edificios y crea atmósferas emocionales. Cuando se le pregunta por su aproximación al rostro humano, su respuesta es reveladora: para él, un rostro es otro paisaje arquitectónico, una topografía única donde la luz incide, crea planos, define volúmenes y, lo más importante, revela carácter.

Schaller argumenta que muchos artistas se obsesionan con el parecido físico, con la precisión de cada rasgo, y olvidan que lo que realmente conecta con el espectador es la sensación, la emoción que emana de la pieza. En sus retratos, ya sea de una persona anónima en un café o de una figura histórica, la prioridad es capturar la esencia lumínica del momento. ¿Qué historia cuenta la sombra que cruza la mirada? ¿Qué emoción sugiere el reflejo de una ventana en la mejilla? Esta perspectiva liberadora invita a los acuarelistas a pensar menos en líneas y más en masas de luz y sombra, aplicando la misma sensibilidad que usarían para pintar una catedral bañada por el sol del atardecer.

Su proceso, detallado en sus talleres y publicaciones, a menudo comienza con un dibujo gestual y ligero, estableciendo solo las grandes proporciones. Luego, inunda el papel con aguadas generales que establecen el clima de color y la dirección principal de la luz. Esta base, aplicada con la técnica de húmedo sobre mojado, permite que los colores se fusionen de manera orgánica, creando una base vibrante y llena de sorpresas sobre la que construirá las formas más definidas. El resultado final no es un retrato fotográfico, sino una interpretación poética donde la acuarela, en su estado más puro, expresa la vida interior del sujeto.

🎨 La técnica del negativo: definiendo el rostro con lo que no se pinta

Uno de los consejos técnicos más valiosos que Schaller comparte con los artistas que aspiran a mejorar sus retratos es el dominio de la pintura de formas negativas. En lugar de pintar meticulosamente una nariz, él pinta los espacios a su alrededor: la sombra bajo su puente, el triángulo de luz junto a la fosa nasal. Este enfoque, que requiere un cambio mental significativo, es fundamental para lograr soltura y evitar que el trabajo se vuelva rígido y sobrecargado.

Para practicar esto, recomienda ejercicios simples pero poderosos. Usando una fotografía de referencia con un contraste de luz marcado, se debe trazar únicamente las grandes formas de las sombras, no los contornos del rostro. Luego, se aplica una lavada oscura y audaz sobre esas formas de sombra, dejando que el papel blanco represente automáticamente las áreas iluminadas. De repente, el rostro emerge mágicamente de la interacción entre el pigmento aplicado y el papel reservado. Esta técnica exige confianza y una paleta bien preparada, con pigmentos de alta calidad que mantengan su intensidad al secarse.

Schaller es un defensor de utilizar pigmentos luzfast (resistentes a la luz) de gamas profesionales, como los de Daniel Smith o Winsor & Newton, para garantizar la permanencia de la obra. En sus retratos, no es raro ver la riqueza de los azules Ultramarino o Ftalo, los sienas y sombras naturales trabajando en conjunto para crear negros vibrantes y sombras coloreadas, nunca planas ni muertas. La clave, insiste, está en la mezcla en el papel y en la valentía de dejar que la acuarela "haga su trabajo", fluyendo y sedimentándose de manera única.

📊 Datos y materiales: la trinidad fundamental para el retrato en acuarela

Para Thomas Schaller, el éxito en el retrato con acuarela no depende de una marca en particular, sino de comprender la sinergia entre tres elementos fundamentales: el papel, el pigmento y el pincel. Cada elección técnica debe estar al servicio de la expresión emocional que se busca. A lo largo de su carrera, ha experimentado con una amplia gama de materiales, y sus recomendaciones son siempre prácticas y basadas en la experiencia de taller.

El papel, sin duda, es la base de todo. Schaller prefiere papeles de grano grueso (rough) o medio (cold pressed) de 100% algodón y de un gramaje no inferior a 300 g/m². Estas superficies permiten que las lavadas ricas en pigmento se asienten de manera interesante, creando texturas y efectos de borde que aportan vitalidad al retrato. Un papel demasiado liso (hot pressed) puede resultar traicionero para las técnicas húmedas que él emplea, al secarse demasiado rápido y ofrecer menos control sobre las fusiones.

En cuanto a la paleta, suele ser sorprendentemente limitada para la complejidad de los resultados. Aboga por una selección estratégica de colores primarios y algunos complementarios de alta calidad. Una paleta básica para retratos, según su enfoque, podría incluir un rojo cálido (como el Rojo Cadmio Medio), un azul (Ultramarino o Ftalo), un amarillo (Amarillo Cadmio Medio), una Siena Tostada y una Sombra Natural. Con estos, se pueden mezclar una infinidad de tonos de piel, sombras y atmósferas. La siguiente lista introductoria resume sus pilares materiales recomendados:

Para comenzar con una base sólida que permita explorar técnicas avanzadas como las que propone Schaller, estos materiales son una excelente inversión:

  • Papel Arches o Saunders Waterford, en grano rough o cold pressed, bloc encolado por los cuatro lados.
  • Pigmentos profesionales de Daniel Smith o Winsor & Newton, especialmente sus series de azules ftalocianina y tierras.
  • Pinceles redondos de pelo de marta (tamaños 8 y 12) para lavados y formas, y un plano sintético de buena capacidad para humedecer el papel.

La narrativa por encima del parecido: una filosofía para artistas

Quizás la lección más profunda que Thomas Schaller ofrece a la comunidad de artistas es filosófica. En una era dominada por la fotografía hiperrealista, el valor del arte pictórico reside en su capacidad para interpretar, no para copiar. Un retrato en acuarela, con su transparencia inherente y su imprevisibilidad, es el medio perfecto para esta interpretación. Schaller anima a los pintores a buscar sujetos que les cuenten una historia, a interesarse más por la persona en un contexto (leyendo, mirando por la ventana, sumida en sus pensamientos) que por una pose estática y frontal.

Esta búsqueda de la narrativa se traduce en composiciones más dinámicas, donde el entorno juega un papel crucial. Un rostro puede estar parcialmente en sombra, integrado en un fondo abstracto de manchas de color que sugieren un interior o un paisaje urbano. La comparación entre un enfoque técnico y uno narrativo puede ilustrarse así:

Enfoque Técnico-Tradicional Enfoque Narrativo (estilo Schaller)
Prioridad en la precisión anatómica y el parecido. Prioridad en la emoción, la luz y la atmósfera.
Fondo neutro o detallado de manera secundaria. Fondo integrado, parte esencial de la historia y la composición lumínica.
Control total del medio, evitando "accidentes". Aprovechamiento de los flujos y fusiones de la acuarela como parte del lenguaje.
Paleta amplia para capturar todos los tonos de piel. Paleta limitada y estratégica, mezclada directamente en el papel.

Adoptar esta filosofía no significa descartar el estudio del dibujo o la anatomía; al contrario, Schaller posee un sólido conocimiento de ambas. Sin embargo, ese conocimiento se subordina al objetivo final: crear una pieza de arte que conmueva. Para los artistas que se sienten estancados en la búsqueda del realismo fotográfico, su mensaje es una liberación: confía en el medio, busca la luz, pinta la emoción y deja que la acuarela, en su diálogo con el papel y el agua, complete la obra.


La magia del retrato en acuarela no reside en replicar cada rasgo, sino en esculpir con luz y sombra la emoción que habita en un instante. Thomas Schaller nos recuerda que el rostro es el paisaje más expresivo.

Créditos: Imagen de MLARANDA vía Pixabay.

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